Hablas en el mundo exterior. Cuando llegas a casa todo funciona normalmente como debería. Una vez que ingresas a tu oscura habitación te das cuenta de que solo somos muñecos atados por cuerdas sin sentir nada afuera, pero por dentro somos como un vaso de cristal que puede romperse fácilmente.
Podemos estar muertos en vida. Solo esperando esa luz que cambie nuestro destino, esa rutina que nos va absorbiendo el alma poco a poco... Algún día, 8 letras que se van desde segundos hasta años....



0 comentarios:
Publicar un comentario